Este documento contiene el Plan Comunitario Preparación para Desastres, PCPD del PDA Pilahuín, instrumento para la gestión local de riesgos de 14 comunidades localizadas en las parroquias rurales Pilahuín y Juan Benigno Vela, del cantón Ambato, provincia del Tungurahua. La gestión de riesgos en la actualidad ha dejado de ser ya, una estrategia exclusivamente estatal y reactiva para atender emergencias y desastres. Hoy busca ser un proceso coordinado de las organizaciones comunitarias y de la sociedad civil con los organismos estatales, para prevenir riesgos y emergencias; para enfrentarlas en caso de ocurrir; y, para atender y recuperar a poblaciones afectadas.
Esta nueva óptica de gestión responde a la evidencia de que los riesgos, que se encuentran presentes en todos los ámbitos de la vida social, son prevenibles o mitigables a través de conductas individuales y grupales, de planificación pública y de organización comunitaria orientada a la prevención.
Existe consenso general entre investigadores sociales, especialistas y técnicos, de que las emergencias y desastres son el resultado de una serie de factores que han estado incubándose con mucha anterioridad a la tragedia que se presenta. Son, por ejemplo, decisiones técnicas que autorizan la construcción de infraestructura diversa; actitudes poblacionales que ignoran los riesgos inmanentes de esas decisiones; condiciones de debilidad socioeconómica que afecta con mayor rigor a niños, ancianos, discapacitados y otros grupos vulnerables o, condiciones físicas del lugar, que se combinan con eventos naturales o sociales que a manera de hechos desencadenantes, generan emergencias, crisis o desastres.
Para la población de las comunidades que conforman el PDA Pilahuín el PCPD constituye un instrumento que proporciona la guía necesaria tendiente a establecer procedimientos de actuación comunitaria, para enfrentar situaciones de emergencia. Pero más allá de esto, el PCPD permite a las comunidades generar y desarrollar conductas de seguridad para las familias y los grupos existentes; establecer mecanismos de coordinación con otras comunidades; e, insertarse en la institucionalidad local, cantonal, provincial y nacional de gestión del riesgo.